Marie-Claude Pietragalla, figura destacada del mundo de la danza, celebra en 2020 sus 40 años sobre los escenarios. Una ocasión para hablar de su último espectáculo, pero también para oírla hablar de Arcachon, una ciudad que ama y que le gustaría descubrir aún más…
BREVES
Marie-Claude Pietragalla entró en el cuerpo de baile de la Ópera de París a los 16 años, antes de convertirse en primera bailarina de 1990 a 1998. Al mismo tiempo, se dio a conocer en la danza contemporánea, antes de convertirse en coreógrafa. En 2004 fundó con el bailarín Julien Derouault el Théâtre du Corps, un lugar de encuentro para todas las formas de danza. La mujer que ha trabajado con los más grandes coreógrafos y bailarines (Maurice Béjart, Rudolf Noureev, Patrick Dupont…) es una referencia artística internacional. Ecléctica, está abierta a otras disciplinas. Ha actuado en una obra de teatro de y con Eric Emmanuel Schmitt.
¿Cuál es su relación con nuestra región?
Nací de padre corso y madre bordelesa que vivieron poco tiempo en la Gironda. Personalmente, sólo conozco Burdeos a través de mis viajes de negocios. Lo mismo ocurre con Arcachon, aunque el notable festival de danza Cadences de septiembre de 2019, en el que participé, y la Master Class que organicé, me permitieron descubrir sus encantos…
¿Estuvo la ciudad de Arcachon a la altura de sus expectativas?
Sentí el calor y la dulzura de una estación balnearia donde se vive bien. Me gustó pasear por el Boulevard de la Plage y el Chemin du Théâtre. El entorno natural de Arcachon se presta perfectamente al mundo de las artes y la danza…
¿Qué tiene Arcachon que le parece perfecto para el tema de la danza?
Su paisaje y su entorno favorecen el vagabundeo, la imaginación y los sueños. El mar, la arena, el sol y todos los elementos naturales y patrimoniales confieren a este lugar una poética especial. Pude comprobarlo en el festival de danza Cadences. Se respiraba un ambiente festivo y la luz era excepcional. Hay que felicitar a su ciudad por arriesgarse a organizar este acontecimiento, que reúne a todo tipo de público. Me he dado cuenta de que todos los festivales de danza, ya sea en París o en provincias, y sea cual sea su estética, son un éxito popular.