Charles Trenet bien podría haberse inspirado de este parque para su canción C’est un jardin extraordinaire… Efectivamente, es un lugar de encanto en pleno centro de la Villa de Invierno, ideal para relajarse, admirar los majestuosos árboles centenarios, descansar ante el precioso kiosco o el teatro vegetal, disfrutar del maravilloso mirador a la bahía y la Villa de Verano u observar cómo los niños se divierten a sus anchas. Un remanso de paz para los enamorados y para todos aquellos que se conceden el derecho a deambular sin rumbo.
Hermosa sede del Casino
El parque albergaba antaño el Casino Mauresque, destruido por un incendio en 1977. Fue una obra del arquitecto Paul Régnauld y Jules Salesses que se caracterizaba por la gran variedad de materiales empleados: columnas y vigas de hierro, ladrillo, baldosas de barro cocido y suelos de madera de pino. Según la Guide pratique de l’étranger à Arcachon, de 1864, el Casino era “la exacta reproducción de la Alhambra de Granada. La parte superior se inspiraba por completo de la mezquita de Córdoba”. Al salir del ascensor, se puede ver una maqueta que lo representa.