La basílica de Notre-Dame es una de las joyas de Arcachon, un lugar protegido y muy querido por los habitantes. Su construcción duró dos años, de 1858 a 1860. Este edificio de estilo gótico incluye la Capilla de los Marinos, construida en homenaje a la Virgen milagrosa descubierta en la playa por un tal Thomas Illyricus.
Una estatuilla providencial
En 1522, un monje franciscano de Burdeos, llevado por su temperamento de ermitaño, abandonó la ciudad para dirigirse al sur. Mientras rezaba en lo alto de una duna, frente al océano, divisó dos naves que corrían peligro de naufragar frente a la costa. Se arrodilló y rezó por aquellos marineros: el mar se calmó y los buques pudieron alejarse mar adentro. En ese momento, Thomas Illyricus descubrió una estatuilla de la Virgen con el niño Jesús, que acababan de arrojar las olas. La recogió y decidió edificarle une capilla de madera. Esta misma figura se encuentra actualmente en la Capilla de los Marinos.